16.09.2011 - Fui con miedo, lo reconozco. En mi familia son todos cardíacos, hasta tengo familiares con Bypass Cardíaco y una tía con trasplante de corazón. No estaba aterrada pero...casi.
A todo esto sumémosle que yo fumaba como una condenada, 40 cigarrillos diarios, si, un animal.
Como si fuera poco lo citado anteriormente tenía 50 kilos de más, así que estaba jugadísima.
Temerosa esperé mi turno sentadita en el CEMIC de Belgrano, la espera pareció eterna, ya no sabía que inventar, por suerte tenía mi revistita de palabras cruzadas y autodefinidos.
Cuando me llamaron pensé - ¡Bueno, llegó la hora de la verdad!- transcurrió todo con normalidad, me dijo la doctora que mi corazón y mis arterias estaban geniales, que el pucho no había causado estragos y que el sobrepeso tampoco, que por suerte había decidido a tiempo hacer el cambio.
Salí de ahí respirando aliviada y más convencida que nunca de que la decisión que había tomado era la correcta.
Este fue el primero de la batería de estudios pre-quirúrgicos. Habíamos arrancado genial.
A todo esto sumémosle que yo fumaba como una condenada, 40 cigarrillos diarios, si, un animal.
Como si fuera poco lo citado anteriormente tenía 50 kilos de más, así que estaba jugadísima.
Temerosa esperé mi turno sentadita en el CEMIC de Belgrano, la espera pareció eterna, ya no sabía que inventar, por suerte tenía mi revistita de palabras cruzadas y autodefinidos.
Cuando me llamaron pensé - ¡Bueno, llegó la hora de la verdad!- transcurrió todo con normalidad, me dijo la doctora que mi corazón y mis arterias estaban geniales, que el pucho no había causado estragos y que el sobrepeso tampoco, que por suerte había decidido a tiempo hacer el cambio.
Salí de ahí respirando aliviada y más convencida que nunca de que la decisión que había tomado era la correcta.
Este fue el primero de la batería de estudios pre-quirúrgicos. Habíamos arrancado genial.