Hoy es un día especial, por nada en particular y por muchas
cosas a la vez.
Quizás lo que lo haga tan especial es que me animé a escribir nuevamente,
pero a la vez es un día como cualquier otro, salvo que hoy 21 de Septiembre es
el día de los estudiantes, arranca la primavera y es el día de la sanidad,
pareciera que nada tiene sentido pero para mí estas tres cosas hacen que hoy
sea un día especial.
Hoy hace un año exactamente que tenía mi segunda entrevista
con mi cirujano y lo iba a visitar para decirle que estaba decidida y que iba a
optar por la cirugía que termino cambiándome la vida por completo en tan solo
un año.
Hoy también es el comienzo de la primavera, recuerdo que
hace un año exactamente me prometí a mi misma que la primavera que comenzaba
era la última que me iba a encontrar obesa, y acá estamos, un año después con
50 kilos menos.
También recuerdo el día de la sanidad porque obviamente mi
segunda entrevista con mi cirujano se pospuso por dicho motivo y mi respuesta
sobre la cirugía tuvo que esperar una semana más y recuerdo que me dije…”Día de
la sanidad”, bué, por algo será, estoy decidida a llevar una vida más sana así
que todo esto tiene que ser parte del engranaje para el cambio y quizás también
una “pista” de todo lo que iba a venir.
Hace un año tenía muchos planes y pocas certezas de que me iba
deparar el futuro. Muchas veces me había propuesto bajar de peso y hacer dietas
y tratamientos diversos y gimnasios y caminatas y todo lo que se les ocurra y
nada daba resultados a largo plazo y las frustraciones aparecían rápido.
Mi gran miedo era también “fracasar” en éste intento. Había
logrado dejar de fumar y eso ya era muy importante para mí, la lucha había sido
BRUTAL, pasar de cuarenta cigarrillos diarios a cero, de un día para el otro,
no estaba preparada para un nuevo fracaso, no sabía si iba poder soportarlo, si
fracasaba en esto probablemente también volvería al cigarrillo como una forma
de castigo y también para “aliviar” la pena.
Así que sabía que estaba emprendiendo un camino de IDA SOLAMENTE,
porque si retrocedía iba a ser realmente feo lo que se venía, todo esto me
producía una alegría enorme y a la vez una incertidumbre tremenda y un miedo difícil
de poder explicarles. MIEDO A TODO, miedo a no poder una vez más, miedo al
fracaso, miedo a seguir gorda, miedo a que me vean intentar una vez mas y no
llegar muy lejos, miedo a que me digan “Al final, para que tanto esfuerzo”, en
fin, miedo al miedo.
Aún así estaba decidida y sabía que la lucha iba a ser más
brutal aún, sin “pucho” y “sin comida”, ¡Por favor!, era algo IMPOSIBLE de imaginar.
Supe desde el primer momento que sola no iba a poder y
decidí ARMARME de herramientas que lograran contener al “caballo desbocado” en
el que me iba a convertir sin mis principales sustentos hasta ese momento “pucho”
y “comida”.
Decidimos (con mi psicoanalista) doblar mis sesiones de
terapia, tratar allí (entre otras cosas) de no dar rienda suelta a los boicots,
poder “comprender” realmente la decisión de semejante cambio, cambiar algunas
costumbres nocivas de alimentación y prepararme para lo que vendría.
Otra gran herramienta fue ESCRIBIR todo lo que me iba
sucediendo, los cambios de humor, las fluctuaciones, las alegrías y las tristezas,
ver como de a poco yo misma iba cambiado, por dentro y por fuera, como los
roles se iban acomodando, escribía todo, eso era realmente catártico.
También
me ayudaron mucho mujeres ya operadas, ver sus cambios daban mucho
aliento, les consultaba dudas, temores, y también les preguntaba
boludeces, mitos que iba leyendo por ahi.
También los tomé como “apoyo” a todos ustedes, que me fueron
leyendo desde el comienzo mismo, allá por Septiembre de 2011, hace un año
exactamente, a ustedes tampoco quería defraudarlos, con el “pucho” lo había logrado,
pero la “comida” era un desafío mucho mayor ya que tenía que aprender a “convivir
con el mosntruo”.
Recibía apoyo de mi familia, pero debo admitir que YO decidí
“casi” excluirlos de mi propio tratamiento, sentía que era algo que tenía que
hacer sola, como mujer, como individuo y como hija, como hermana, como “todo”.
Ni siquiera quería que preguntaran mucho, quizás por mi propio miedo a fracasar
nuevamente y tener que contárselos.
Excluirlos era, creo yo, en cierta forma, una forma de
protegerme y protegerlos a ellos si las cosas salían mal. Los adictos, (a
cualquiera de las adicciones) siempre nos sentimos “observados”, “controlados”, “medidos”, podemos hacernos
los boludos, pero sabemos que nos estas mirando, no lo dudes, eso jode, jode y
a veces puede ser letal y otras tantas
puede hasta ayudarnos, depende de cada adicto.
Yo no quería sentirme observada y a la vez tampoco quería
defraudarlos, así que decidí excluirlos, si las cosas salían bien…FANTÁSTICO…y
si salían mal prácticamente no se iban a enterar, (Al menos es lo que yo
creía).
La cuestión es que le puse el cuerpo, la cabeza, los
ovarios, las uñas y cada centímetro de mi persona y en tres meses bajé los 13
kilos que me separaban de la cirugía. Comencé con mi tratamiento pesando 110,4
Kilos y entré a quirófano con 97,4 Kilos.
Esos tres meses fueron los MAS BRUTALES DE MI CORTA
EXISTENCIA. Hubo momentos en los cuales pensé en desistir y salir corriendo al kiosco
a comerme todo, hasta aquello que ni siquiera me gustaba, muchos de ustedes
pensarán “QUE GORDA BOLUDA”, probablemente sea cierto, pero es lo que me pasaba
y no me da vergüenza reconocerlo.
Ver que estaba dando mis primeros pasos hacia “un cuerpo más
sano” me llenaba de alegría pero también me producía mucha incertidumbre, salir
de la obesidad era algo muy anhelado pero también era salir del “lugar” donde había
estado la mitad de mi vida, un lugar que ME ERA CONOCIDO, COMODO, ME MANTENIA
EN LAS PENUMBRAS, INVISIBLE para los demás, libre de envidia, nadie ponía los
ojos en mi, parece mentira, pero es muy fácil sentirse cómodo en esa posición y
probablemente sólo los que estuvimos ahí sabemos de que se trata.
Así que quería IMPERIOSAMENTE SER FLACA pero me costaba horrores
DEJAR A LA GORDA de lado, difícil de entender, ¿No?, ¡Bienvenidos a mi mundo!.
Durante esos tres meses me peleé con todo el mundo, con
amigos, con familia, con compañeros de trabajo, con jefes, con colectiveros,
con vecinos, con personas en la calle, con gente del facebook, con el foro de
familia bariátrica, con la vida, con mi gato y conmigo misma, de a poco estaba
naciendo una nueva “Yo” y lo estaba haciendo como “podía”, a duras penas, como
me iba saliendo.
Dos días antes de la cirugía “me enfermé”, MI GORDA se
estaba resistiendo con uñas y dientes a más no poder, no quería irse así nomás.
Lloré, lloré y lloré, sola. Se pospone la cirugía 20 días.
Me juré que LA GORDA tenía que irse sí o sí, reuní mas
fuerzas, llamé a amigos, me amigué con los que sentí que tenía que hacerlo, dejé
salir el odio que había y me reconcilié conmigo misma, y así, estando ya en paz
vino la nueva fecha, 20 de diciembre.
Casi casi que volaba ese día, sentía que no tocaba el piso
con los pies, fue el día más feliz de mi vida, ESTABA 100% LISTA.
A partir de ahí mi vida dio un cambio rotundo, ABRUMADOR por
momentos.
No sólo cambié por fuera, por dentro también estoy toda
modificada. Ya nada es igual. Ni mi cuerpo, ni mi cabeza, ni mi postura ante
la vida ni el rol que ocupo como persona en la sociedad.
En tan sólo 9 meses (un parto) eh logrado bajar 50 kilos,
salir de la terrible OBESIDAD MÓRBIDA, recuperé mi salud, mi movilidad, el
deseo de vivir, de progresar, de amar, de estudiar, de disfrutar, recuperé mi
vida, esa que había dejado hacía muchos años.
Hoy, a tan sólo nueve meses de DECIDIR cambiar mi vida me
encuentro en un peso saludable (62 Kilos), haciendo una alimentación normal
(nada licuado), en pareja desde hace 8 meses, nos estamos yendo a vivir juntos
apostando a un futuro y con planes de retomar la universidad el año próximo.
Quizás para muchos sea repetitiva pero para muchos otros que
están comenzando ese mismo camino mis palabras hoy le sirvan.
JAMÁS voy a decirles que fue fácil, no lo fue, para nada,
pero fue posible, Y ESO ES LO UNICO QUE IMPORTA, si yo pude, VOS TAMBIÉN PODÉS.
Saludos,
Natalia.