15 de noviembre de 2011

Video endoscopía - ¡Un trámite súper flashero!

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(No recomiendo consumir ninguna medicación, sólo cuento mi experiencia).

No voy a mentirles, soy una combinación medio rara entre la persona más maricona del universo y la guerrera más valiente cuando es necesario serlo, pero para la endoscopia prevalecía mas la primera que la segunda.

Estaba de atar, literal, realmente de atar. Tenía más miedo de la endoscopia que de la cirugía en sí. Mi fantasía era la siguiente:

 1°. Pensaba que ¡la manguera que te metían por la boca era similar a la de los bomberos para apagar el fuego de un edificio completo!, jajaja, les juro.

2°. Tenía miedo de la anestesia, (miedo a no despertarme) y a la vez (miedo a despertarme en medio de….).

3° Imaginaba que podía no sé, despertar en medio del procedimiento con “eso” en la boca y no poder respirar y no sé cuantas pavadas mas del tipo “Endoscopista sádico y malo”.

Tenías que ir con alguien que te acompañara y debo reconocer que mi “compañero” no era más valiente que yo, ese era otro tema, estaba más asustado que perro en bote (mi padre), pero bueno, el pobre era quien estaba disponible y dispuesto a ponerle el pecho a la situación.

Apenas llego al Cemic de Las Heras, nos hacen subir al 2° piso (yo me sentía cual vaca yendo al matadero, lo de “la vaca” es mera casualidad eh!).

Llegamos y una enfermera me pide que deje mis pertenencias en una especie de casillero con llave, me da una bata, unos zapatitos de tela y un gorrito, ¡todo re divino! (léase sarcasmo).

La bata ¡COME ON! ¡Era para una Barbie!, me sobraba cuerpo y me faltaba bata por todos lados, aún así me porté cual DIVA y desfilé derechita por el pasillo hasta la habitación de la endoscopia.

Mi padre, valiente como él solo y para apaliar la espera se fue a fumar y tomar un cafecito.

Apenas entré a la habitación busqué al anestesista, tuvimos la siguiente conversación:

Yo: Mucho gusto, soy Natalia, tengo algunas preguntas que hacerle.

Él: Si, las que quieras, mi nombre es  (“No me acuerdo”).

Yo: ¿Salió anoche?.

Él: No.

Yo: ¿Tomó alcohol?.

Él: No.

Yo: ¿Está seguro? (que atrevida, supongo que era el miedo hablando por mí).

Él: Si, estoy seguro.

Yo: Bué….listo entonces, ¿Qué hago?,  ¿Me acuesto?....

Todavía no entiendo como ese hombre no me sacó de la habitación “como chicharra de un ala”…

Yo: ¡Ah!, me olvidaba…anoche estaba muy nerviosa y me tomé un “pedacito” (0,25) de Alplax, ¿algún problema? .

Él: (se acercó a mi oreja y me dice) ¡Esa cantidad es prácticamente un placebo, tranqui que no pasa nada!, (demonios, ¡yo creía que estaba re tranquila con eso!).

Me hice la “corajuda” me tumbé como me indicaron hacia un costado y me dijeron:

Él: Por favor, contá en vos alta de 10 a 0.

Yo: 10, 9, 8…….¡GAME OVER!

Lo próximo que recuerdo es estar en una camilla pero en otra habitación (la sala de recuperación). Como explicarles, fue la sensación más “agradable” que había experimentado en la piel hasta el momento, como si uno estuviese “afelpadita”, como el muñequito de “Vivere”, jajajajaja.

Les juro, y la piel se siente “tibiecita”, si, todo con diminutivo. Escuchaba todo “como desde dentro de un tubo”, a lo lejos, no veía nada, al comienzo, luego mejora.

No sé cuánto tiempo transcurrió, pero al tiempo de esta sensación de “afelpamiento” en la piel vino la de “ser muy liviana” y sentir que estaba en “tarlipes”, no sabía si tenía la bata puesta o no, y aún estando re drogada sabía que mi papá iba a volver en algún momento y ¡me moría de vergüenza! La sensación era la de “Estar corriendo en “tarlipes” por las nubes o algo así”.

Me preocupaba hablar rápido con la enfermera para que me aclarara (antes de que llegara mi padre) si tenía yo la bata puesta o no, pero la pobre estaba muy ocupada con un señor al lado mío que tenían que operar y se había comido unas galletitas con un té antes de ir y no tenía las horas de ayuno necesario, yo estaba “grogui” pero lo suficientemente lúcida como para saber que se había mandado un mocaso el viejo.

Cuestión, llega mi padre nomás……………yo helada, no lo quería mirar, me preguntó si estaba bien y yo le pedía que saliera, que me esperara afuera, jajaja, me volvía a preguntar si estaba bien y yo le decía que me esperara afuera….

El pobre me vió re “rara” (dadas las circunstancias) y me preguntó que me pasaba, no pude más y le dije:

Yo: ¿Papá, no importa, pero decime la verdad, tengo la bata puesta?.

Él: ¿Qué?, no te entiendo.

Yo: ¿Tengo o no tengo la bata puesta?.

Él: (que es medio sordo) ¿Qué bata?.

Yo: ¡Entonces estoy en bolas!, ¡yo sabía!.

Él: ¿En bolas? ¿De qué hablás?.

POR FIN vino la enfermera y le dice, -No se preocupe Señor, son los efectos de la anestesia, ya se le va a pasar-.

Yo: Pero entonces, ¿tengo o no tengo la bata puesta?.

Jajajajajajajajajajajajajajajajaja, recién lo supe cuando se me pasó el efecto de la maravillosa anestesia, y sí, TENÍA LA BATA PUESTA.

(Para los vivos que se están diciendo, ¿Porqué no se tocó para ver si tenía la bata?, ME TOQUÉ…salames…pero me sentía AFELPADITA y no distinguía si la tenía puesta o no).

Listo, era necesaria la aclaración.

Resumiendo, no te enterás de nada, no duele nada y luego averigüé que la “famosa” video-endoscopía duró solo 5 minutos de reloj.

Vayan tranquilos que es un trámite, flashero, pero trámite al fin.


Versión en Portugués: Link.

Video endoscopía - ¡Um trâmite muito "yonqui"!

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(Não recomendo consumir nenhuma medicação, só conto minha experiência).

Não vou mentir-lhes, sou uma combinação médio esquisita entre a pessoa mais cobarde do universo e a guerreira mais valente quando é necessário sê-lo, mas para a endoscopia prevalecia mas a primeira que a segunda.


Estava de atar, literal, realmente de atar. Tinha mais medo da endoscopia que da cirurgia em si. Minha fantasia era a seguinte:

1°. Pensava que ¡a mangueira que te metiam pela boca era similar à dos bombeiros para apagar o fogo de um edifício completo!, rsrsrsrsrs, juro.

2°. Tinha medo da anestesia, (medo a não acordar) e ao mesmo tempo (medo a acordar-me no meio de….).

3° Imaginava que podia, não sei, acordar no meio do procedimento com “isso” na boca e não poder respirar e não sê quantas pavadas mas do tipo “Endoscopista sádico e mau”.

Tinhas que ir com alguém que te acompanhasse e devo reconhecer que meu “colega” não era mais valente do que eu, esse era outro tema, estava mais assustado do que eu (meu pai), fazer o que, o pobre era quem estava disponível e disposto a pôr-lhe o peito à situação.Mal chego ao Cemic (Onde eu fiz a cirugía), fazem-nos subir ao 2° andar (eu me sentia qual vaca indo ao matadouro, o de “vaca” é mera casualidade, rsrsrs!).

Chegamos e uma enfermeira me pede que deixe minhas coisas numa espécie de armario pequenho com chave, dá pra min um avental de paciente (bata), umas sapatilhas hospitalares e uma touca de protecção (nao sei como se fala em portugues), ¡tudo muitooo lindo! (leia-se sarcasmo).

A bata ¡COME ON! ¡Era para uma Barbie!, Me sobrava corpo e me faltava avental por todos lados, mesmo assim me comportei qual DIVA e desfilei direitinha pelo corredor até o quarto da endoscopia.

Meu pai, valente como ele só e para apaliar a espera foi fumar um cigarro e tomar um cafe. Mal entrei à habitação procurei ao anestesista, tivemos a seguinte conversa:

Eu: Prazer, sou Natalia, tenho algumas perguntas que lhe fazer.

Ele: Sim, as que as que voce precisar, meu nome é (“Não me lembro”).

Eu: Saiu ontem à noite?.

Ele: Não.

Eu: Bebeu álcool?.

Ele: Não.

Eu: Está com certeza? (pis sou atrevida mesmo, suponho que era o medo falando por mim).

Ele: Sim, estou com certeza.

Eu: Bom…entao pronto!, Faço o que?, Me deito?....


Ainda não entendo como esse homem não me tirou para fora da habitação…

Eu: ¡Ah!, tunha esquecido…ontem à noite estava muito nervosa e me tomei um “pedacinho” (0,25) de Alplax, algum problema? .

Ele: (se acercou a minha orelha e me diz) ¡Essa quantidade é praticamente um placebo, tranquila que não acontece nada!, (poxa, ¡eu cria que estava re calma com isso!).


Tomei coragem e me tombei como tinhan me indicado (para um custado) e me disseram..

Ele: Por favor, contá em vos alta de 10 a 0.

Eu: 10, 9, 8…….¡GAME OVER!


O próximo que eu lembro é estar num quarto diferente (a sala de recuperação). Como explicar para voces, foi a sensação mais “agradável” que tinha experimentado na pele até o momento, como se eu fosse um orsinho de pelúcia, como a bonequinha da “Confort”, rsrsrsrs.

Juro pra voces a pele se sente “quente” (confortável). Escutava tudo “como desde dentro de um tubo”, ao longe, não via nada, ao começo, depois melhora.

Não sê quanto tempo decorreu, mas ao tempo desta sensação de “pelúciao” na pele veio a de “ser muito leviana” e sentir que estava “nua”, não sabia se tinha a bata posta ou não, e ainda estando muito "drogada" sabia que meu papai ia voltar em algum momento e ¡me morria de vergonha! A sensação era a de “Correndo totalmente nua pelas nuvens ou algo assim”.

Me preocupava muito poder falar rápido com a enfermeira para que me aclarasse (antes de que chegasse meu pai) se tinha eu a bata posta ou não, mas a pobre estava muito ocupada com um senhor ao lado meu que tinham que operar e tinha comido ums biscoitos com um chá antes de ir e não tinha as horas de jejum necessário, eu estava “drogada” mas o suficientemente lúcida como para saber que ele tinha bagunçado mesmo, voltou sem se operar o coitado.

A Questão e que chega meu pai, fazer o qué……………eu gelada, não o queria nem olhar para ele, me perguntou se estava bem e eu lhe pedia que saísse, que me esperasse afora, rsrsrsrs, voltava a me perguntar se estava bem e eu lhe dizia que me esperasse afora…. O coitado me viu muito “esquisita” (dadas as circunstâncias) e me perguntou que acontecia, não conseguí segurar mais e disse para ele:


Eu: Papai, não importa, mas me diga a verdade, tenho a bata colocada?.

Ele: O que?, não te entendo.

Eu: Tenho ou não tenho a bata colocada?.

Ele: (que é meio surdo) Que bata?.

Eu: ¡Então estou em nua!, ¡eu sabia!.

Ele: Nua? Do que esta falando?.


ATE QUE ENFIM veio a enfermeira e lhe diz,

Enfermeira: -Não se preocupe Senhor, são os efeitos da anestesia, já vai passar-.

Eu: Mas então?, tenho ou não tenho a bata colocada?.

Rsrsrsrsrsrsrs, recém fiquei sabendo a verdade quando passou o efeito da maravilhosa anestesia, e sim, TINHA A BATA COLOCADA.

(Para os ESPERTINHOS que se estão dizendo, ¿Porquê não se tocou para ver se tinha a bata?, TOQUEI,espertinhos…mas me sentia "DE PELÚCIA" e não distinguia se a tinha colocada ou não).

Pronto, era necessária a aclaração.

Resumindo, não percebeis nada, não dói nada e depois fiquei sabendo que a “famosa” video-endoscopía durou só 5 minutos de relógio.

Vão calmos que é um trâmite, "yonqui", mas trâmite ao fim.



Versión en Español: Link.
 

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